Historia de la barbacoa
Sería un gran honor escribir esta historia de la barbacoa, especialmente la barbacoa de Estados Unidos.
No faltan los autoproclamados expertos en barbacoa. Algunos escriben blogs. Otros tienen canales de YouTube. Incluso hay eruditos de barbacoa que publican libros sobre el tema bajo sellos editoriales universitarias. Pero, ¿alguien sabe realmente de dónde vino la barbacoa y cómo el estilo culinario nativo favorito de Estados Unidos ganó su lugar de honor?
La respuesta corta: no realmente.
Busque cualquier artículo web sobre la historia de la barbacoa, y es probable que reciba declaraciones en el sentido de que la palabra "barbacoa" llega a América desde el Caribe a través de los conquistadores españoles que aprendieron a cocinar a fuego lento usando un marco de madera del pueblo Taino-Arawak. Los españoles adoptaron la palabra haitiana barbacoa que significa “pozo de fuego sagrado” para describir este proceso y la han usado desde al menos 1526, cuando apareció por primera vez en un diccionario español. Muchos atribuyen el origen de la palabra moderna “barbacoa” a la palabra barbacoa. Es igualmente probable que la palabra “barbacoa” provenga de la palabra taino-arahuaca "barbicú". El pueblo taíno habita lo que hoy es La Española, la isla natal de Haití y la República Dominicana. Lo que no leerá con tanta frecuencia es que las carnes elegidas fueron cabra, venado, caimán y... hoyo de fuego acres, de hecho.
Pero la palabra “barbacoa” también tiene otras raíces. El pueblo Hausa de África Occidental usó la palabra "babbake" para referirse a una variedad de procesos relacionados con la cocción y el fuego. Esta explicación tiene mucho que ofrecer. En particular, el hecho de que una sola palabra con una miríada de significados llegó a definir un tiempo pasado que hoy está tan cargado de ambigüedad como sus orígenes en el pasado lejano.
El hecho es que salar, condimentar y asar lentamente la carne es un proceso casi universal y valioso en todo el mundo no solo para quienes buscan el sabor perfecto, sino también para quienes buscan formas de conservar la carne en climas implacables. Pero, ¿y la barbacoa americana? ¿Es posible que algo tan estrechamente identificado con nuestra cultura nacional sea compartido por todas las culturas del mundo?
Si y no. La cocción lenta a fuego controlado no es propiedad exclusiva de nadie. Sin embargo, lo que llamamos barbacoa en los Estados Unidos es nuestro, aunque a través de los africanos occidentales, jamaicanos y haitianos. traído a nuestras costas en contra de su voluntad. La historia del asado americano tiene sus raíces, como todo lo americano, en muchas culturas, pero fue una de las más marginadas y maltratadas la que nos dio el regalo que tantos amamos.
La barbacoa en los Estados Unidos, como casi cualquiera le dirá, es peculiarmente sureña. Y en el sur, la carne de cerdo era la preferida. Esto se remonta a las primeras colonias continentales, específicamente a las especies fallidas. fundada en 1526 en lo que se convertiría en Carolina del Sur. Cuando su líder murió y la colonia se hundió, los cerdos que habían traído del Viejo Mundo terminaron en la naturaleza.Los esclavos de los españoles fueron acogidos por las tribus nativas americanas locales, y juntos cazaron y asaron a los jabalíes (que aún acechan en los bosques del sur).
Esta barbacoa estadounidense temprana se cocinaba en hoyos excavados a mano y cubiertos con madera verde. Fue una cocción lenta extraordinaria y muy laboriosa. Con el paso del tiempo, las poblaciones rurales pobres adoptaron cada vez más la carne cocinada a fuego lento y se convirtió en el elemento básico de festivales y celebraciones. Los esclavos negros, en particular, perfeccionaron la práctica y la llevaron a dondequiera que fueran. Eventualmente, su forma de comer, generalmente sin utensilios. — fue aceptado por los colonos europeos que también llegaron a apreciar el sabor y la consistencia de la carne asada lentamente.
Durante mucho tiempo, la barbacoa se convirtió en una forma de encontrar puntos en común para blancos y negros. Los negros, tanto antes como después de la Guerra Civil, encontraban muchas ocasiones para cavar hoyos y asar cerdos, y sus vecinos blancos no tenían reparos en invitarse a cenar. Un hombre, Columbus B. Hill, se hizo famoso en Denver, Colorado en el último tercio del siglo XIX por montar barbacoas a las que acudían decenas de miles de personas.
La sombra de Jim Crow puso fin a eso durante décadas. Se promulgaron y aplicaron una serie de leyes que, entre otras cosas, ordenaban la segregación en casi todas las áreas de la vida diaria. Bajo estas restricciones inhumanas, incluso el simple acto de partir el pan con tu prójimo se hizo ilegal si tu color de piel era diferente. La Ley de Derechos Civiles de 1964 aparentemente puso fin a tal discriminación. Si bien no terminó mágicamente con el racismo, hizo legal que todos disfrutaran juntos de la barbacoa.
En este punto, la barbacoa ha sido algo secuestrada por las poblaciones blancas de los suburbios, que a menudo confunden la verdadera barbacoa con arrojar perritos calientes a una parrilla de gas (no son lo mismo). Si bien no queremos quitarle nada a nadie de ninguna manera, solo queríamos recordarles a todos (¡incluidos nosotros mismos!) de dónde proviene la hermosa tradición de la barbacoa estadounidense, y sentimos que no había mejor momento que el Mes de la Historia Negra para hazlo
La barbacoa, al menos históricamente, es un trabajo duro: cavar hoyos, cortar leña, sacrificar y vestir animales y atender fuegos de baja intensidad. El MAK le permite disfrutar de los frutos de esas cosas sin el trabajo insoportable y sudoroso que anteriormente constituía la gran barrera de entrada del amado pasatiempo de nuestra nación.
La mayoría de las marcas estadounidenses fabrican sus parrillas para barbacoa en China.
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